jueves, 24 de junio de 2010

Toño Vega


Una vez escuché que tus pasos diminutos
se aproximaban hacia mi con furia
y decidí escapar lamentándome.

Bandejas bañadas en oro
nos servían discrepancias en vasos de cristal
apuntando fragilidades inevitablemente ciegas.

Y corrían las oportunidades, como locas
y asilvestradas gatas arañando el futuro más próximo,
irradiando ternura y exclamando cuidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario