Quién me dice a mi
que en las suertes
lejanas a toda lidia
sea un asta tan afilada como la palabra
la que parta el corazón en tres.
Quién me dice
que no es el quebranto
a tanto hedonismo.
En los placeres
que divulgaste hay notorias
insatisfacciones; creo que ajenas.
Mis manos están nerviosas
como en lejanía a mi cuerpo.
¿Por qué? pregunto, Por qué.
Muy profundo señor. Animo con el blog.
ResponderEliminarMuchas gracias Dani!
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