
Las manos que cojo son el infierno
De mis tinieblas, y los dedos
Las confortables almohadas
Donde apoyo la impaciencia
Para que duerma.
Las palabras que compartimos
Son los hilos que arrastran,
Los segundos que nos traducen
- el tiempo -
Y las discusiones un espacio obligado.
Ayer, como hoy y mañana,
Voy a quedarme a respirar
Un par de veces o tres
Para preguntarme todo de nuevo
Y ser capaz de distinguir
Entre fuego y agua.
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