martes, 23 de marzo de 2010

A goncillo # 3



Qué distancia,
la que separa el codo sobre la mesa
de la cerámica llena de cerveza.
Como un cuadro de Picasso,
tus ojos tristes rozan
la negritud de un camposanto,
su silencio y su devoción.
La amargura de la lluvia sobre el cristal
y la luz que va apagándose poco a poco
como los cimientos que caen
en pedazos de lágrimas negras, de ojos negros,
sin el brillo que un dia tuvieron.
Vestimenta larga que deja entrever tus rótulas
apuntadas y enjutas.
Colgantes que pesan más que un cuello rasgado,
pero carentes del valor superlativo
que querrías.
Dama siniestra de la que una vez se supo,
dónde van tus pasos cuando dejas esta cárcel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario