Carlos Clavijet
jueves, 26 de noviembre de 2009
Suave tacto. Se oyen crujientes las hojas,
como gritos de un placer desorbitado,
adorando tu tendido cuerpo, calmadas,
condenadas a un calor hermoso.
El silencio después lo llena todo,
apoderándose la inquietud de nuestras
-pasiones
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario