
Te lo mereces; repentina recapacitación fluye espontánea y se representa a modo de teatral sonrisa en medio de alegres y tristes espíritus que rodean la sien del protagonista. Soy quien soy, en forma de nube sin forma, y no recuerdo escaparme de la forma, sólo indagar en los segundos y mostrar orgulloso las maneras que reconocemos como bondadosas.
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